jueves, 16 de enero de 2020

¿Qué coño nos pasa?

A raíz de haberme enterado por un simple twitt de que hay un programa (que no voy a nombrar, ni tampoco el canal o canales en los que se emite) que de algún modo convierte en espectáculo el tema de las infidelidades en las relaciones, me ha dado un ataque de náuseas con arcadas XXL (o deluxe, como queráis) y he tenido que escribir esto que estáis leyendo ahora mismo.

Obviamente, no voy a juzgar los gustos de cada uno, todo el mundo puede hacer con su vida lo que quiera siempre que no haga daño o afecte negativamente a nadie más pero… Personalmente opino que si ves esta mierda igual debes replantearte algunas cosillas, pero eres libre, sólo es mi opinión, o un consejo bajo mi punto de vista, al igual que no impediría a un cocainómano meterse el tirito de antes de dormir, pero le diría que no es bueno para él. Pero no escribo esto con este fin, la verdad, lo que haga cada uno me importa tres pitos, hace tiempo que he abrazado el “sálvese quien pueda”, no estamos aquí para salvar a nadie, menos aún a aquellos que no quieren ser salvados. Ni tampoco somos quien, todos pecamos de algo.

Si he querido escribir esto es porque siento una pequeña necesidad de compartir aquello que opino y que creo que cuanta más gente descubra este punto de vista (creo que no descubro nada nuevo, pero me asombra que la gente, aun sabiendo de qué va la cosa, siga zombificada o dejándolo pasar).

Vamos allá… No suelo ver la televisión. Ya ni siquiera programas que sí me gustan y considero buen entretenimiento, rara vez le doy al botoncito para ver qué echan. Al menos por iniciativa propia, claro. Pero cuando hay un televisor en la sala y hay sintonizado este tipo de programas, intento por mi bien que mi cerebro no registre ni el más mínimo rebuzno que mis oídos detectan. Y lo hago por una razón, la misma por la que detesto los informativos (los grandes medios se han convertido en el peor enemigo de la humanidad), y es que se empeñan en envilecernos. Los informativos más que informativos parecen programas de sucesos morbosos, todo lo pintan mal, son fatalistas, hacen lo posible por trasladarnos la idea del lugar tan terrible que es el mundo, y quizá que deberíamos sentirnos afortunados por poder respirar, comer, cagar (dormir no, eso también nos lo quieren quitar, así somos más dóciles y no nos da por pensar demasiado por nosotros mismos), en definitiva, ser un simple número, una oveja más. Pues bien, así como las noticias hacen con el mundo en general, este otro tipo de programas lo hacen con la gente. Quieren vender que la sociedad es lo que ves en esos programas y… Perdón, la sociedad de hecho ES lo que ves en esos programas, lamentablemente, pero no todo el mundo es así, no quieren que quien no entra en esos estereotipos tenga mucha repercusión, no sea que de esperanza a alguien en la humanidad. Nos venden que la gente más que personas son animales, que sólo se guían por instintos primarios (principalmente follar) y que las emociones humanas y los sentimientos sólo valen para hacer un poco de drama y ganar audiencia y dinero. Quieren que seas así. Pero no son los únicos culpables, ellos se limitan a ofrecer lo que el público quiere. Si a los espectadores no les interesa algo, no van a cometer la locura de gastar recursos en un programa sobre ello… Yo qué sé… Tornillos, por ejemplo. Nadie hace un programa sobre tornillos porque a nadie le interesan los tornillos, joder, la gente los va perdiendo por ahí y ni se molestan en recuperarlos… Pensad un poco. Sé que muy poca gente es vil por naturaleza, no os dejéis envilecer, no dejéis que empañen vuestro brillo, decid no a este tipo de ocio, en serio, hay miles de opciones más saludables. En la vida ya nos encontramos con personas que nos hacen perder un poquito la fe en la humanidad, no añadamos verlo a diario y tragarnos la idea de que la gente da asco, no es así. No totalmente. Y hay que agarrarse a ese porcentaje positivo para generar más positividad. 

Por experiencias personales soy el primero que mira todo con lupa y no confía en la gente sin algo de dificultad o duda, que piensa que quizá sea mejor aislarse, muchas veces soy un vinagre y lo reconozco. ¿Os imagináis que encima viera esta puta mierda de programas? Si sólo de un pequeño flash de dos segundos al cambiar los canales ya me entran instintos asesinos… Bueno vale, esto último es dramatizar demasiado, pero sí, me ponen de mala leche. Y no quiero estar enfadado, no sirve de nada. 

Y esto es lo que tenía que decir al respecto. Ese tipo de gente que exhiben en esos programas da asco, sí, pero no dejéis que os cuelen el cuento de que “es la sociedad de hoy en día”. Sólo es la parte a la que le quieren dar bombo, hay mucha más gente logrando cosas, divirtiéndose de forma más sana, inspirando a gente y afectando vidas de forma positiva. Buscad a esas personas y liberaos de esa mierda que os carga negativamente. 




Por cierto, hace mucho que no subo nada por aquí, si hay alguien que estuviera siguiendo “Levantia”, lo siento, no ha muerto, es sólo que quien lo escribe es un capullo (-w-), pero espero seguir con ello a no mucho tardar, aprovechando que estos días estoy volviendo a recordar un poco cómo se hacía esto de la “cencia de escrebir”, gracias a un encargo de un amigo y ahora a este post.